Samstag, 4. Oktober 2008

Lo que ves

...
El pasado año, poco antes de nuestro regreso a Barcelona, caí en la cuenta de que una grieta había empezado a surcar la casa de enfrente (o eso creyeron mis ojos), justo la que asoma su perfil a mi ventana. Ahora, seis meses más tarde, y tras comprobar de pasada, echándole apenas un vistazo, que la cicatriz sigue ahí, con su belleza sinuosa de trazo rotundo, me ha sorprendido contabilizar, dispersas aquí y allá, cuatro antenas parabólicas en lo alto, emisoras de parábolas en idiomas periféricos.
......
¿Cómo fue posible no verlas -me he dicho- si ahora te parecen más grandes que un plato de pasta, casi con las mismas hechuras de un platillo volante? ¿Por qué, como quien dice, no las viste hasta ayer? (Resultaba tan ridículo). Entonces me acordé: ni siquiera el miserable encuadre de una ventana se halla a salvo del mundo cambiante que conoces, que crees que conoces.
...

Mi primer premio... ¡Qué ilusión!