Para Freia, que se preocupa de esta página
Fumaba fingiendo -como siempre- no haberme visto. No debe de gustarle demasiado que yo me la tope cuando está tan sola. Lo entiendo. A mí me molestaría lo mismo.
He decidido retomar esta bitácora para hablaros de esta mujer. No la conozco ni he hablado jamás con ella, pero es fácil encontrársela cuando salgo de casa. Si no la veo, la busco hasta reconocerla, como si la echara de menos. Cuando la veo, me entristece y alegra su encuentro. Es la vagabunda de Shönenberg. Una mujer de mediana edad que parece una vieja. En ocasiones, simplemente una rubia y alcohólica empedernida; la mayoría de las veces, sin embargo, una dama solitaria y coja.