Dienstag, 20. Oktober 2009

Y ahora ¿qué?

..
Desde hace escasos días
bajo una luz todavía indistinta
la luna decrece
de u
000n m
00000odo
0000cre
00cien
te en peligrosa curva infinita:
sus rayos cansinos esbozan
fulgores de muerte.

..
Desde que habito el silencio,
y la ausencia me visita,
lejanos sueños se truecan
en verdades nunca dichas,
en hediondas promesas sin cuento
de puro marchitas.
.
A pasos agigantados
se desrealizan las horas;
a marchas forzadas
destinos y suertes
se mudan, al cabo, tan sin remedio,
que ni siquiera tu estela de ausencia
se me antoja hoy para siempre.
...
Este poemilla apareció en el número 4 de la revista Delirio, dedicado a Manuel Ortiz, in memoriam.
..

6 Kommentare:

Araceli Esteves hat gesagt…

Ay, Gemma, cuesta demasiado reponerse a las visitas de las ausencias, que ya empiezan a ser demasiadas.

Gemma hat gesagt…

A menudo estas visitas se me aparecen en sueños. Están del otro lado, sí, y, sin embargo, se hallan muy cerca de ti, se comportan con una fidelidad asombrosa. Cuando eso ocurre, la resaca de ausencia sólo se revela tras despertar, por las mañanas.
Un beso

Araceli Esteves hat gesagt…

Sí, a mí también me ocurre. Los sueños son el terreno intermedio entre la presencia y la ausencia. Allí me encuentro a veces con LOS OTROS. Nos abrazamos y quiero saber cómo les va, aunque generalmente no me contestan, solo sonríen.

Gemma hat gesagt…

Tampoco a mí me responden. La última vez cenábamos o comíamos en torno a una mesa redonda, de dimensiones descomunales, y ahí estaban mis abuelos, sentados como en segundo plano, como si hubiera una segunda fila en torno a la mesa, por primera vez juntos. Cuando los vi, yo quería irme con ellos, sentarme a su lado como siempre he hecho, pero no podía. Me miraban con una ligera sonrisa en los labios, tal como dices, pero resultaba imposible abrazarlos, devolverlos a mi realidad.

De ahí la sensación agridulce del poema: los ves pero no los alcanzas; están contigo como si se tratara de una visita de cortesía, y eso es lo que causa desasosiego. La ausencia de su visita... Como si dentro de la realidad del sueño, ellos habitaran otro sueño distinto...

Freia hat gesagt…

Siento llegar con tanto retraso, pero me han encantado los comentarios. Dicho así queda raro, pero es que el poema me lo sé casi de memoria.
Pues yo sí puedo hablar con ellos en sueños. Y les pregunto: "¿Pero tú no estabas enfermo?" y me contestan que no, que en absoluto.
Después, supongo que cuando mi incosciente consigue aceptar que no hay vuelta de hoja, los sueños desaparecen.
Con Manuel he soñado últimamente dos veces y, aunque no lo veo (quizá porque no llegué a verlo nunca), puedo escuchar su voz perfectamente. Y me hace bien hasta que despierto. Y tú lo has dicho de forma tan hermosa con lo de la resaca de la ausencia...
Un beso muy pequeñín y dulce, querida.

Gemma hat gesagt…

En los sueños recurrentes descubrimos, como en ningún otro sitio, la importancia que determinadas personas tuvieron (y siguen teniendo) en nuestras vidas. En este blog, querida Freia, la única tardanza que existe es la relativa al tiempo empleado en publicar cada entrada. ;-)
Un besazo


Mi primer premio... ¡Qué ilusión!